“…No somos lo que dicen que valemos sino, lo que sabemos que somos”

Danny Javier Olivares Diago

Así fue cerrando aquella conversación. En mi post anterior hablaba de la importancia del encuentro con mi si mismo para así llegar a ser para mi y y después para los demás. Puede llegar a ser difícil ese camino al encuentro, a la autenticidad, pero no hay otro que sea mas satisfactorio y enriquecedor. En esa aventura de autodescubrimiento se atraviesan todos los personajes de las novelas, el villano que es villano desde el principio al final, el amigo fiel que es fiel desde el principio al final, el villano que se vuelve amigo, el amigo que se vuelve villano; las bifurcaciones en las que debes elegir un sendero, los senderos agradables, los senderos nefastos, momentos en que debes parar, momentos en los que debes retroceder, momentos en los que debes correr… todo puede pasar en ese camino de autodescubrimiento y aceptación, lo importante es no rendirse y con pie firme, continuar y seguir creciendo. A pesar de lo bueno o lo malo, es lo único en lo que te debes enfocar, aprender, vivir, sentir y conocerte.


Hablábamos sobre el pago del impuesto de una casa, grande y bien dotada; me preocupé dada la situación económica, pensé que el monto del impuesto sería muy alto, pero al darme cuenta que era muchísimo mas bajo del que podría haber llegado a calcular, mi reacción en parte fue alegrarme de que el cobro no fuera tan alto, pero por otra molestarme al darme cuenta que la casa no había sido avaluada como yo la valoraría. Afortunadamente la intención no es vender ni nada semejante, por tanto mi molestia se disipó, sin embargo, surgió lo que hoy nos invita:


“…No somos lo que dicen que valemos sino, lo que sabemos que somos”


De nada sirve preocuparnos o esforzarnos en generar impresiones o querer demostrar el valor de algo que en realidad está hueco por dentro. De nada sirve querer convencer a otros del gran valor que tenemos si no sabemos que tan valiosos somos. Ese desconocimiento nos lleva a un callejón sin salida en el que avanzamos ciegamente al rechazo y el menosprecio.


Si quiero ser valorado, primero necesito darme cuenta de que tan valioso soy, incluso sabiéndome y conociéndome valioso yo elijo como me afecta la valoración que del exterior hagan sobre mi. Es una cuestión del ser, del si mismo, de conocerme y establecer limites. Es muy desgastante llevar un kit de máscaras acordes a las situaciones o personas con las que nos encontremos, solo para ser valorados. Además al ser nosotros mismos, sintiéndonos orgullosos de quienes somos, valorándonos, solo nos rodearemos de aquellos que realmente nos valoren y nos aprecien por quienes somos, en lugar de tratar de impresionar a quienes no nos valoran de verdad. El autoconocimiento es esencial en esta aventura de autodescubrimiento, y es importante recordar que nuestro valor como seres humanos no se mide por lo que poseemos o lo que los demás piensan de nosotros, sino por la calidad de nuestra vida y nuestra capacidad de amar y ser amados